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domingo, 12 de agosto de 2012

Segundo Capitulo


Los días pasaban, Mario la veía a diario en el mismo lugar, tan cerca pero a la vez tan lejos e inalcanzable. En casa las cosas le iban mal, en el colegio peor y por si no fuera poco, la chica que le gustaba prácticamente no sabía de su existencia. Aun así, tenía la certeza de que solo la necesitaba a ella y lo demás se arreglaría en consecuencia.  Sin embargo, la solución era lo más complicado de todo.

Pero la vida de Sara tampoco era nada fácil. Tenía unos padres demasiado exigentes que no veían con buenos ojos nada de lo que ella hacía y dos hermanos pequeños a los que se les permitía más de lo que se les debería puesto que sus notas no eran ni parecidas a las de Sara. A parte de eso, también existía cierto grupo de personas, las que envidiaban cada paso que daba, las que la criticaban por que ellas mismas sabían que Sara era claramente superior a ellas. Por el contrario, ella era humilde y lo que tenía claro era que nunca se uniría a ese grupito de simples criticonas que solo buscaban llegar a la cumbre de la popularidad. Por eso sus amistades eran reducidas, sin embargo eran de las buenas, de esas a las que les confiarías la vida. A pesar de todo eso ella sonreía, y no paraba de hacerlo en ningún momento, pues no le permitiría a nadie el lujo de verla triste.

Mario empezó a buscarla. Intentaba saludarla siempre que se veían y seguía cada paso suyo en las redes sociales, pero no era suficiente. Necesitaba más, la necesitaba a ella. Una tarde, Mario decidió contárselo a David, un compañero de clase y su mejor amigo. Él ya no sabía que hacer, la vergüenza le impedía todó y trato de buscar ayuda en él.

-         Eh David, es ella. Esa que esta sentada de camiseta verde.- dijo Mario.
-         Amm… ¿Qué pasa con ella? – respondió David  desinteresado.
-         Es mi futura mujer y madre de mis hijos.- añadió Mario. David soltó una carcajada.
-         Pero… ¿Ya os conocéis? – preguntó David.
-         Sí, sabemos quienes somos, pero no más. – respondió Mario con voz apagada.

Salieron a la terraza, era una noche oscura con cantidad de estrellas y la luna se reflejaba en la piscina. Mario comenzó a explicarle a su amigo lo que sentía por Sara y tras quince minutos de conversación David le dijo “Adelante, sabes que siempre voy a estar para lo que sea, así que a por ella”.


. . .

sábado, 11 de agosto de 2012

Primer Capítulo


      Entra en la sala, está silenciosa aunque se oyen murmullos, ahí no estudia nadie. Se sienta en la silla y saca los libros, Biología, Historia, Química  y otras 6 asignaturas le hacen la vida imposible. Abre los libros y se dispone a aprovechar el tiempo todo lo que pueda, es su último año de colegio y sabe que tiene que esforzarse al máximo para poder entrar en la universidad.

Ella no es una chica cualquiera, no es como esas  a las que les gusta lo típico, no es una poligonera, ni una golfa, no se pinta los labios, ni busca hombre de una noche. Pero lo que ella no sabe es que con su largo pelo moreno, su estilizada figura y esa sonrisa tan perfecta en su boca, nubla la mente de todo hombre y produce envida en las mujeres que la miran. Se llama Sara y quedan pocas chicas como ella.

Al otro lado de la sala hay un chico que la observa, ella no lo sabe pero él solo trata de ir a la sala de estudio cuando esta ella o de tener un roce para hablarla. Él sabe que no es una chica fácil pues tiene la habilidad de elegir solo chicas que de verdad merecen la pena. Se ve minúsculo como grano de arena en la playa, tan solo uno más de la sala, pero para él ella es la única del lugar. Con esos gestos tan coquetos y su manera de jugar con el pelo Mario pierde la cabeza. Para él es imposible concentrarse, también es su último curso y teniendo en cuenta que nunca ha sido un alumno ni un hijo ejemplar, le es mucho más difícil este último año.

Mario se ha pasado toda su vida tirando, encadenando momentos malos con otros no tan malos, buscando la manera de evadirlos sin hacerles frente. Nunca ha sabido valorar lo que ha tenido, tan solo vivía despreocupado y si algo se daña trata de arreglarlo. Pero tiempo después vuelve esa despreocupación en la que él felizmente vive aun sabiendo que no es modo correcto de vivir.

. . .

lunes, 30 de julio de 2012


Desde muy pequeña me enseñaron que una historia está formada por comienzo, nudo y desenlace. De hecho, cada vez que me mandaban inventar una, me obligaban a seguir esas pautas. Si faltaba cualquiera de ellas, la profesora me decía que aquello no era una historia y me mandaba cambiarla.
Creo que lo mismo ocurre en la vida real y en mi historia con Pablo. La única diferencia es que nosotros no tenemos papel, lápiz y una goma de borrar, ni una profesora que nos diga que las cosas no están bien así y que debemos cambiarlas. Esta historia está escrita con pluma. No hay opción de retroceder, pero sí de añadirle aún mas acción y hacerla más larga. Dicen que cuanto más esfuerzo te supone conseguir algo, más satisfacción te da lograrlo y, por supuesto, más lo valoras. Esto no ha tenido un desenlace aún, no puede terminar, solo se han cerrado un par de capítulos más.


Y con esto y largos besos bajo la lluvia, la historia dice...
                                           
                                                                  CONTINUARÁ.


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Gracias por concedérmelos.  Sophia.

lunes, 23 de julio de 2012

martes, 3 de julio de 2012

Felices 18. :)


Está claro que lo inalcanzable siempre se desea más. No digo que no puedas lograr todo lo que te propongas, pero estoy segura de que hay algo que tú no puedes conseguir y, sin embargo, esta ahí todos los días, a la vista. Asómate a la ventana. ¿Ves alguna estrella? Probablemente hoy no demasiadas. Sin embargo, es posible que veas la luna, aunque esté cubierta de nubes seguro que se insinúa un poco. No falta nunca, ¿verdad? Esta todas las noches ahí, sin prisa, como nosotros cuando se va el sol. Puede que nunca la alcances, pero quiero regalártela yo. Así podrás al menos decir que es tuya, y te acordarás de mí siempre que la veas, desde cualquier lugar del mundo. Hay muchas estrellas, unas veces están, otras veces se esconden. Luna sólo hay una. Mires desde donde mires. Y es tuya. Es para tí. Para que te acuerdes de mí y yo de tí por lejos que estemos.

Felicidades Pablito, te quiero :)


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                                                           Sophia.




sábado, 16 de junio de 2012

él.


Y un día, de repente, ocurre. Empiezas a hablar con él por algún motivo y terminas esperando cada noche impaciente su saludo y, cuando por fin lo tienes, sientes un fuerte ardor en el estómago, una explosión de nervios. Las conversaciones pasan a ser más largas, más intensas, más personales, incluso más cercanas, para finalmente escucharlas a 10 centímetros de su boca.  Todo lo de alrededor se va poniendo borroso cuando él está delante. Ignoras lo demás. Te vas enamorando de cada sonrisa. De cada tontería. De la forma en la que habla, en la que se mueve. De las caras que te pone. De sus miradas intencionadas. De sus gestos. Sus manías. Sus vergüenzas. Sus detalles. La manera tan peculiar que tiene de mirarte, coger aire y soltar un '' te quiero'', para después agachar la cabeza, sonreír y ponerse rojo. Y todo cambia para bien.  Me da tranquilidad. Y es entonces cuando sabes que es él, y nadie más. Y te acuerdas del primer beso aquel mes de octubre, de la primera tarde en ese primer lugar, de las primeras frases. El primer susurro. Cuando te enseñó que juntos todo era posible. Cuando te hizo ver que a veces actuar contra las normas también estaba bien. Cuando te demostró que contigo le salía ser diferente pero que de ninguna manera quería que eso le dejara de pasar. Desde entonces aprendiste a ver la vida desde la curva de su sonrisa. Y cuando crees que le olvidas, no te acuerdas de olvidar. Que sin llegar a perderle ya le echas de menos. Y empiezas de nuevo a recordar, y te das cuenta de que sus torpezas nunca dejarán de parecerte tiernas, y que desde cierto día, no solamente aprendiste a no volver a perderle sino que también, perdiste totalmente la noción del tiempo y los cinco sentidos por él.


            ¿Su nombre? ...Pablo                                                                                                                                    

                                                                                                                                           Firmado, Sophia.

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Nunca me habría imaginado contigo, pero antes o después teníamos que estar juntos; lo dices y lo pienso yo.

jueves, 14 de junio de 2012

Idas y venidas.









No te asustes cada vez que me vaya. Vuelvo, siempre vuelvo.



No me gustan las despedidas, pero saber que estarías esperando mi regreso hizo que la partida no fuera tan dura. Lisboa me ha acogido durante 5 días increíbles y después de un tren que no llegó y mis nervios por volver, conseguí dos billetes de autobús que me han traído de vuelta lo más rápido posible. 17 horas de viaje, por lo menos he podido dormir algo en el trayecto e increíblemente he tenido tiempo hasta de soñar contigo. Ojalá hubieras podido ver la ciudad por la noche, alejándose, volviéndose cada vez más pequeña hasta quedarse atrás con sus miles de lucecitas y todos esos recuerdos que me guarda. Esta vez no has venido conmigo, pero nuestra lista de planes pendientes se va haciendo grande y sé que algún día no me tocará tener que contarte mis viajes para que sepas cómo han sido. Por una parte me ha dado pena volver, pero por otra ansiaba la vuelta ya desde antes de marchar. No sabes las ganas que tenía de volver a verte, de morderte el labio inferior y que me devolvieras la jugada. De escribirte en la espalda con los dedos para que adivinaras todas las letras y me respondieras con la mirada.
Antes de que me fuera pudimos tachar uno de nuestros planes de la lista y hoy, nada más volver, hemos completado otro más.
                             
                                          Suma y sigue.
                                                                                                                          
                                                                                                                                                 Sophia

La vista desde nuestro balcón
Lisboa :)

Vista del puente 25 de Abril por la noche.
Una de las plazas cerca de nuestra casa.
Tranvías.





 




sábado, 9 de junio de 2012

8 - 9 - ∞.

¿Estas enamorado de mí?

+Si, mucho.


-¿Por qué?

+  Por qué en este mundo tan triste en que vivimos, este mundo en que en cuanto hay algo que de verdad amas, quieres o simplemente aprecias, siempre habrá alguien que se encargará de destruirlo, de hacer todo lo posible para hacerte daño y privarte de ello. Pero en cambio tú eres perfecta, tú me lo das todo y yo lo doy y daré por ti. Porque sin ti los dos sabemos que hoy no estaría como estoy, hoy no sería feliz. En cambio, tengo tus besos, tus miradas y tus abrazos, son ellos los que me dan fuerzas para seguir. Son los que cada mañana cuando me levante piense:
"La tengo, la quiero y la voy a hacer la chica más feliz del mundo.”

Todo esto cada mañana...

Si no te tengo siento un vacío increíble por dentro, un vacío que no quiero llenar con nada que no seas tú. Así no quiero vivir, no quiero acostumbrarme a vivir sin ti. Por eso te necesito cerca cada día. Te echo de menos y  han pasado 24 horas sin verte. Tengo hambre de ti, de comerme tu cuerpo a besos, besarte entera de los pies a la cabeza.


                                  “Descansar sin ropa sobre tu pecho.
Sentir mi cuerpo contra el tuyo.”

Te quiero

P..I